A tan solo una hora de Madrid se alza majestuosa Peñalara, la cima más alta del Parque Nacional de Guadarrama con sus 2.428 metros de altitud. Para muchos madrileños y montañeros de toda España, conquistar su cumbre es más que una excursión: es un rito iniciático, una experiencia cargada de historia, naturaleza y misterio.
Peñalara y la historia del montañismo en Guadarrama
Peñalara ha sido, desde finales del siglo XIX, uno de los epicentros del montañismo en el centro peninsular. En 1913 se fundó la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara (RSEA), popularmente conocida como Club Peñalara, una de las agrupaciones de montaña más antiguas de España, la cual tomó su nombre precisamente de esta cima. Desde entonces, miles de montañeros y montañeras han subido por sus senderos, con piolet y crampones en invierno o simplemente con bastones en verano, siguiendo las huellas de Francisco Giner de los Ríos y compañía.
Durante el siglo XX, Peñalara fue también un campo de entrenamiento para alpinistas y esquiadores. En la zona de Dos Hermanas se llegaron a instalar remontes y pistas, y no era raro ver a los miembros de la RSEA Peñalara entrenando para sus futuras expediciones en los Alpes o el Himalaya.

Peñalara y su ecosistema de altura
Hoy, Peñalara es uno de los espacios más emblemáticos del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Su entorno está protegido por su riqueza ecológica: lagunas glaciares, pastizales de alta montaña, turberas y una fauna muy especial, como el sapo partero o el tritón alpino.
El acceso está regulado para evitar el deterioro del ecosistema. La ruta más clásica parte del Puerto de Cotos y asciende por la Laguna Grande, pasando por el refugio Zabala y la Hermana Menor antes de coronar la cima de Peñalara. Desde allí, en los días despejados, se pueden ver Gredos, la Sierra de Ayllón y, por supuesto, todo el valle del Lozoya y la llanura madrileña.

Leyendas de Peñalara: brujas, lagunas y misterio
Peñalara no solo está llena de historia y naturaleza: también de leyendas. Uno de los lugares más enigmáticos es la Laguna de los Pájaros. Según cuenta la tradición, en sus aguas cristalinas se ahogó una pastora que había hecho un pacto con el diablo. Desde entonces, ningún pájaro se posa en sus orillas. Aunque la realidad es que se trata de un lugar de enorme belleza y paz, la atmósfera de la laguna, especialmente con niebla o nieve, invita a dejar volar la imaginación.
Otra historia popular habla de las brujas de Peñalara. Se dice que en los prados de altura se reunían antiguamente mujeres sabias que conocían las propiedades de las plantas y realizaban rituales bajo la luna. Algunas leyendas las vinculan con apariciones, luces extrañas y desapariciones en el entorno del pico. Estos relatos, transmitidos por pastores y viajeros, alimentan la mística de la montaña.
Ascensiones memorables a Peñalara
Aunque hoy Peñalara es una montaña accesible para senderistas de todas las edades con buena forma física, las primeras ascensiones en invierno eran una verdadera odisea. Equipados con ropa de lana, botas de cuero y escasa protección contra el frío, los primeros montañeros madrugaban desde Navacerrada o Cotos y ascendían por el risco de Claveles o la canal Sureste.
Con el tiempo, las rutas se fueron consolidando. Hoy existen itinerarios de senderismo clásico, pero también vías de escalada en hielo (cuando las condiciones lo permiten), crestas como la de Claveles para los más experimentados y travesías con raquetas o esquís en invierno.
Por qué subir a Peñalara
Conquistar el techo de Madrid sigue siendo una de las grandes aventuras para quienes se inician en el montañismo o para quienes buscan reconectar con la naturaleza. Peñalara es un destino ideal para escapadas desde la capital y un lugar que combina accesibilidad con belleza salvaje.
Desde Ropegun celebramos este tipo de espacios: cargados de historia, naturaleza y energía. Subir a Peñalara es más que alcanzar una cumbre: es tocar parte del alma montañera de nuestra historia.
Consejos finales: si vas en invierno, infórmate bien del estado de la nieve y de las vías de acceso a la cumbre, lleva equipo adecuado y consulta siempre la meteorología. La montaña, incluso la «de casa», merece todo nuestro respeto. Y si necesitas información aun más precisa y contrastada, contacta con Kaiku (@kaiku), nuestros ojos en el Parque.
