TXINDOKI: LA ESPUELA MÁGICA DEL GOIERRI

El Txindoki, también conocido como Larrunarri, es una de esas montañas que se reconocen al instante. Con su perfil puntiagudo y su imponente presencia sobre el valle del Goierri, se ha ganado el apodo de “el Cervino vasco”. Pero quienes la han subido saben que no necesita comparaciones: el Txindoki es único, un auténtico símbolo de identidad para la montaña vasca.

Una montaña con carácter propio

Con 1.346 metros de altitud, el Txindoki no es ni mucho menos la cima más alta del País Vasco. Sin embargo, su forma piramidal y su ubicación estratégica lo han convertido en la montaña icónica del Parque Natural de Aralar. Desde la lejanía se recorta con fuerza contra el cielo, atrayendo miradas y despertando la curiosidad de cualquiera que pase por esta zona de Gipuzkoa. Para los habitantes locales, el Txindoki es mucho más que un pico: es un símbolo cultural y emocional.

El nombre: Txindoki o Larrunarri

El nombre original de la montaña es Larrunarri, que significa “piedra del prado” en euskera. Sin embargo, con el tiempo se popularizó el nombre de Txindoki, de origen incierto, pero muy arraigado en la cultura local. Hoy en día ambos nombres conviven, aunque para muchos vascos y vascas es, simplemente, “su montaña”.

La ruta clásica desde Larraitz

La manera más habitual de subir al Txindoki es por la ruta que parte desde Larraitz (400 m.s.n.m). El itinerario discurre por praderas verdes, bordea bordas de pastoreo y se encarama por la arista final, donde las vistas se abren sobre todo el macizo de Aralar:
• Desnivel: + 950 metros
• Tiempo de ascenso: 2–3 horas
• Dificultad: Media

Una vez en la cumbre, el esfuerzo se ve recompensado con panorámicas espectaculares: el macizo de Aralar, el Anboto, el Aizkorri y, en días despejados, incluso el mar Cantábrico.

Otras rutas menos conocidas

Aunque la subida desde Larraitz es la más transitada, el Txindoki también puede ascenderse por itinerarios alternativos menos concurridos, como la vertiente norte o por rutas circulares desde Abaltzisketa o Amezketa.

Y si lo que te gusta es la escalada, llegar a la cima por la arista oeste es una experiencia que no debes perderte. Se trata de una línea que no supera el IV grado, pero con pasos expuestos y un buen patio bajo tus pies. Las otras opciones las encuentras en la txemista bidea, el Rayo, un sector con un buen número de vías para casi todos los gustos.

Cultura, leyendas y simbolismo

El Txindoki no solo es una montaña física, también es un lugar cargado de mitología y tradiciones. Se dice que en sus alrededores habitan lamias y otros seres mitológicos vascos, y que Mari, aun siendo la Dama de Anboto, tiene una de sus moradas en la cima de Larrunarri. Todo el macizo de Aralar es, en general, escenario de preciosas historias que mezclan religión, paganismo y naturaleza. Además, el Txindoki es un referente en la cultura pastoril vasca, un espacio compartido entre naturaleza y vida rural.


Consejos prácticos para su ascensión

Equipo recomendado: calzado de montaña, bastones opcionales y ropa adecuada a la época del año en la que realiza la ascensión:
Época ideal: primavera y otoño; en verano el calor es fuerte y en invierno la nieve cambia la ruta.
Respeto al entorno: no salirse de los senderos, no molestar al ganado, recoger siempre los residuos.
Seguridad: precaución en la arista final, sobre todo con viento o terreno húmedo.

El Txindoki y Ropegun

En Ropegun creemos que cada montaña tiene una historia que contar. El Txindoki es el ejemplo perfecto: una cima que combina belleza natural, identidad cultural y orgullo local. Por eso forma parte de nuestra colección. La camiseta del Txindoki no es solo una prenda, es un homenaje a esta montaña mágica del Goierri.

Descubre aquí la camiseta del Txindoki y conecta con la esencia de Aralar.

Mendi gaina
Maite ditut galurak argiak ez beste.
Ai, egaztia ba’nintz, gainik gain nenbilke!

(Biotz-begietan. Xavier Lizardi 1932)

Las fotos de este artículo han sido cedidas por Pablo Mongelos, vecino de Ordizia, txindokiko mendizalea y buen amigo de Ropegun.